La Unidad Educativa Salesiana Cardenal Spellman remonta sus orígenes al 1º de octubre de 1957 cuando en Quito se culmina de edificar en el sector del Girón un emblemático edifico para la época, el cual sería destinado a la educación y la formación integral en valores católico-salesianos.
La Institución Educativa comenzó sus labores como “CARDENAL SPELLMAN SCHOOL”, con un total de 238 estudiantes, distribuidos en cinco grados de Primaria. Esta noble Institución no habría visto la luz de no ser por el Arzobispo de Quito, Cardenal Carlos María De La Torre, gestor de la creación del Colegio Spellman, el Mons. Cándido Rada, sdb. quien fue el promotor y ejecutor del proyecto, además del Cardenal Francis Spellman, que con su colaboración económica logró ver tan magna obra se cristalice, motivo por el cual nuestra Institución, en gratitud lleva su nombre además el Padre. Pedro Ladetto, sdb, quien por sus reconocidas cualidades, fue designado su primer Director.
La Institución fue creada con el fin de llenar un vacío en la educación católica de Quito, que necesitaba un Colegio Bilingüe. Su ideal era impartir una educación cristiana, moderna e integral y llegar a ser uno de los mejores y más prestigiosos colegios de la República del Ecuador para ofrecer a la sociedad positivos aportes humanos que labraran la grandeza de la Patria.
La educación que se ofertaba desde sus inicios estaba fundamentada en el pensamiento pedagógico de Don Bosco, siendo el Sistema Preventivo su síntesis vital. En 1958 se incorpora la sección secundaria, incrementándose el número de estudiantes a 465.
Los primeros años, llenos de vida y de dificultades, en los que la necesidad era la principal consejera, hicieron del Spellman una institución verdaderamente respetable en el campo educativo. En 1964, se incorporaban los PRIMEROS BACHILLERES, dejando el ejemplo de su entusiasmo, voluntad de triunfar y su apego al Colegio y a la causa salesiana.
La creciente demanda por acceder a la educación que ofertaba la Institución exigía el trazo de nuevas rutas educativas, una moderna organización y recursos de novísima instancia. Las diferentes gestiones permitieron en corto tiempo, que el colegio contara con un moderno edificio, biblioteca, amplias canchas verdes y sombreadas para los diversos deportes, material audiovisual, gabinetes y laboratorios de Ciencias, considerados como de los mejores que tenía el Ecuador en ese entonces. Se consolidaba así la presencia del Spellman en la sociedad ecuatoriana.
Sin lugar a dudas, el estandarte del Spellman ha calado profundo en el hontanar educativo, destacándose por sus logros en los ámbitos científicos, culturales, deportivos y sociales. Los titulares de “Spellman” Campeón, en toda su trayectoria, han sido muy frecuentes y su aporte como pionero de las grandes Ferias de Ciencias ha dejado muy en alto el nombre del Plantel.
Todo cambio ha sido programado y planificado cuidadosamente en servicio a la comunidad y para nuestra querida juventud, permitiendo que, en la actualidad, en el Spellman se privilegie un clima familiar cooperativo, solidario, dialógico, democrático y de confianza, favorable a la creatividad con participación de todos los integrantes de la Unidad Educativa.
A lo largo de la vida Institucional seguimos trabajando para construir una cultura Institucional y valores propios que la hacen congruente para actuar de conformidad con los objetivos y funciones a debe desempeñar como Centro Innovador para forma parte del Sistema Educativo Salesiano y nacional, que se cuente, además, con políticas, planes y micro-proyectos educativos coherentes y eficaces, planificados a corto, mediano y largo plazo, ampliamente compartidos y asumidos por toda la Comunidad Educativa, todo esto a la luz del Proyecto Inspectorial de Educación Salesiana (PIES).
A decir de Monseñor Néstor Montesdeoca B. sdb., la semilla de vida y esperanza sembrada en los inicios del Colegio, ha ido creciendo y progresando día a día hasta convertirse luego de 60 años en un árbol frondoso y fecundo, cuyos frutos generosos han beneficiado y continuarán beneficiando a la sociedad ecuatoriana, formando desde la educación con el amparo del sello pedagógico de Don Bosco “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, buenos cristianos para la Iglesia y honestos ciudadanos al servicio de la Patria.